lunes, 21 de julio de 2014

¿Dónde cohone ehtabah, illa?

Eso debe ser lo que algunos se estarán preguntando en este preciso instante. Y la verdad es que no es fácil de explicar. De todas formas, trataré de hacerlo de forma breve, haciendo una escueta reseña de los momentos más importantes.

1. Trabajé

Los últimos meses de este curso me han dejado literalmente para el arrastre. Además de las notas y las reuniones, hemos preparado un flashmob que lo flipas en colorines, y que quedó monísimo y chulísimo. Eso sí, las horas que le he tenido que echar a todo aquello -y otras cosas que no proceden- me han pasado factura y ahora, en plenas vacaciones, aún me dan ganas de quedarme durmiendo en estado de hibernación durante un buen par de siglos.

2. Estrené una obra de teatro.

Los chavales del grupo de teatro me dieron estrés, quebraderos de cabeza y ganas de cortarme las venas, lo normal en cualquier caso de estreno de un espectáculo, vamos.

Pero, como muy bien nos recuerda Geoffrey Rush, al final todo siempre sale bien. ¿Por qué? No lo sé, es un misterio. En este caso, fueron meses de trabajo a raudales, miles de ensayos, contratiempos y mil cosas más. Pero vamos, que la cosa salió muy bien, y todos terminamos matados pero contentos, que es lo que cuenta.

3. Me mudé.

Pozí, ahora vivo en otro sitio, y no me vengáis con rollos, que todo el mundo sabe que las mudanzas que además entrañan algún tipo de obra -en vías de terminar- son un coñazo. Mis cajas de libros están mirándome ahora mismo y quieren participar como testigos.

4. Me fui a ver The Hoff.

En mayo estuve en un espectáculo maravilloso, que era más que nada para todos los enfermos a los que nos gusta ver a viejas glorias de los 80 y los 90 en directo, además de los lamentables playbacks de David Hasselhoff, y el momentazo en que un vídeo nostálgico ponía a los Dire Straits a tope y nosotros, como perturbados que somos, nos pusimos a dar saltos como mandriles en celo. Para más información, vayan aquí.

5. Vi el festival de Eurovisión.

Una noche de fiesta, con amigos en casa, viendo el festival y comentando las jugadas con mi padre por whatsapp -lo que me hizo comprobar una vez más sus dotes premonitorias-. Total, que al final hicimos todos una porra de los mejores y peores puestos, y la verdad es que acertamos en casi todo. Y los cubatas de ron nos salieron realmente ricos, ¡vive Dios!

6. Comencé a preparar mi boda.

Pues eso, que al final parece que me caso. He encontrado a un ser maravilloso y loco a partes iguales, para convivir con él y casarme. Sobre algunos detalles de la boda ya iré escribiendo, que hay cada cosa por ahí, que merece realmente la pena ser contada.

Y, bueno, así a grosso modo, esto ha sido lo que he hecho en estos meses. ¿Os parece poco? Bueno, no voy a valorar si es poco, mucho, malo, bueno, o quién hace nos o menos, mejor o peor que los demás. Simplemente, así ha sido, y así se lo hemos contado, que decía el meapilas de Buruaga.

Y ahora, si no les importa, pueden dar un golpecito de ratón y ver un par de posts más que tenía que compartir con vosotros. ¡Hasta ahora!

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