lunes, 13 de enero de 2014

¿Pero ehto qué poya eh? Calles salvajes

Tanto tiempo inmersa en mil cosas la deja a una fuera de combate. Estas Navidades me han servido para comprobar que estoy más cómoda en medio de la rutina, pudiendo controlar mi tiempo para hacer cosas, y sin miles de compromisos que atender a todas horas.

Uno de mis objetivos para este tiempo era ver alguna buena/mala película, para así poder comentarla y echarme unas risas. Además, estuve mirando la posibilidad de colgar un podcast o un vídeo para hacer alguna cosa divertida. Al final, todo ha ido quedando en agua de borrajas, y no he podido hacer ni la mitad de lo que quería, al menos, en el ámbito profesional.

Dicho esto, tuvo que ser recién devuelta al trabajo cuando tuviera un rato de asueto en una estupenda madrugada, para toparme con un películo lamentable, de esos que me pillan por sorpresa y tanto me gustan. Hablemos de ello.

En 1984, Metro Goldwyn Mayer estrenó un infame film que bien podría haber venido directamente de las mazmorras de la Cannon. Se trata de Calles Salvajes.




Dirige y escribe esta cosa Danny Steinmann, conocido -o mejor no- por guionizar y realizar la quinta entrega de Viernes 13. El punto fuerte, sin embargo, es la aparición de Linda Blair como protagonista. Sí, efectivamente, ESA Linda Blair, vulgarmente conocida como "la niña de El exorcista", sólo que con dos bazas bastante mejores: macarrismo y...

Las tetazas que le salieron

La historia gira en torno a varios ejes. Por un lado, Brenda (Linda Blair), chica lista y macarra de instituto, que fuma cigarros sin parar y lleva un pelo cardado que es la bomba. Bueno, también interesa saber que tiene una hermana sordomuda, muy inocente, pura y virginal; pero el pelo está ahí.

Brenda tiene su grupo de amigas, como no podía ser menos, tan macarras y chonescas como ella. Una de ellas, Francine (Lisa Freeman), está a punto de casarse con su novio que la ha dejado embarazada.


El otro eje es el grupo de macarras definitivo ochentero, una pandilla de cuatro delincuentes llamados los Scars. Al comienzo de la peli, se nos presenta a este grupito extorsionando a un chaval que les da dinero, y a su líder, Jake (Robert Dryer), tirándole los trastos a Brenda, que pasa de él y le vacila sin contemplaciones. También desde el principio, se nos presenta una característica que tendrá mucho peso a lo largo del film.


Tetas, again

Porque todo buen director de cine de mierda que se precie sabe que, aunque la trama no valga ni dos duros, algunos pasarán un buen rato viendo -y haciendo- el engendro de sus sueños.

Volviendo a la trama, resulta que Brenda y su grupo roban el coche de los Scars y se van de juerga, llenándoselo luego de basura hasta los topes. Jake ha tocado fondo, no puede soportar semejante humillación, y decide que ya es hora de hacerle pagar a Brenda y a sus tetazas todas sus afrentas.

Así pues, de pronto, nos vamos al día siguiente, al gimnasio del instituto. Los macarras han decidido coger por banda a la pobre e inocente hermana de la protagonista -vestida con una faldita rosa, más claro imposible- y violarla. Pero antes, el director tiene que introducir alguna complicación, algo que le dé un poco de vidilla a la trama, ese algo es una soberana estupidez. Un capullo de la clase de Brenda le tira los tejos a diestro y siniestro, llegando a los límites aceptables de babosidad y cansinismo. Lo malo, es que el chaval tiene una novia rubia, pija y -cómo no- tetona, que siempre le disculpa y cree que es Brenda la que le provoca. El follón está servido.

Mi novio's mío m'entiendessss???

La hermanita de Brenda va a esperarla para ir a casa después de la clase de aerobic -un alarde de prendas ochenteras que provocan epilepsia a nivel +50 y repugnancia a nivel +100-, pero Brenda se retrasa. ¿Por qué razón? Para empezar, porque el director piensa que es una buena idea poner un par de planos de chicas en tetas en el vestuario. Alarga el metraje, y otras cosas de provecho.

El tormento...

...y el éxtasis

Además, Francine está muy ocupada avisando a todas sus amigas de que no deben ir a la boda colocadas, que queda muy feo, y eso da pie una trascendental conversación que no le importa absolutamente a nadie. Para colmo de males, la pija arremete contra Brenda, diciéndole cosas del tipo "no vuelvas a provocar a mi hombre", y la prota, vacilando. Al final, se monta una pelea EN LAS DUCHAS que moja las camisas de las chicas -de las que la llevan, quiero decir- y ambas enemigas son conducidas al despacho del director; otro que no pierde la ocasión de recordarle a Brenda que "eres lista, y guapa, y tienes un buen cuerpo", y que si se porta mal de nuevo la va a expulsar. Una bronca creíble. Y un precioso homenaje a Porky's.

¿Y qué harías tú en una peli de tetas, hijo?
Con todos estos incidentes, no es de extrañar que los Scars tengan tiempo de violar en grupo y por riguroso orden a la desvalida hermana de la protagonista, en una escena que, sólo de refilón, recuerda un poco a La última casa a la izquierda. Como la pobre no puede gritar, se queda en el suelo, destrozada, hasta que las choni-amigas de Brenda la encuentran y la llevan al hospital.

Ya en la habitación, la madre de Brenda se aferra a la mano de su hija, cubierta de vendas y de cables. La escena daría para drama si no fuera porque esa madre sufridora, de pronto, suelta: "No puedo soportar esto. Me voy a trabajar". Y se va. Pasamos a otra cosa, y punto.


En la discoteca del barrio, Brenda se desahoga con sus amigos, y jura venganza contra los que le han hecho eso a su hermana, muy Fuente Ovejuna todo. Los Scars llegan a la disco y se ponen a liarla, con tan mala pata que se meten con Francine. En medio de la tangana que se organiza, la chica consigue hacerse con una navaja, y le corta la cara a Jake. Otra afrenta. A estas alturas el espectador sabe que cualquier cosita pone a este tipo de los nervios. ¿Qué nueva idea se le ocurrirá?

Pues no lo sabemos, porque el prodigioso montaje de la película nos deja con la intriga, y nos traslada al día siguiente en clase. Allí, uno de los esbirros de Jake, Vince (Jonhy Venocur), va a la misma clase que Brenda y sus amigas, y tiene la misión de chivarse de quién fue la que le cortó el jeto. En medio de todo esto, el cansino baboso vuelve a insinuarse a Brenda, lo que provoca que la protagonista y la novia pija vuelvan a enzarzarse, amén de otra escena de humor de instituto a lo Porky's. Las chica se pegan, Brenda le arranca la camiseta a la pija, y esta se queda de nuevo en... bah, si ya lo sabéis. Y sale corriendo, chocándose con un profesor gafudo que ya tiene para un mes y pico de pajas.

Finalmente, vemos a Francine probándose su vestido de novia. Cuando sale de la tienda, los Scars la persiguen en su coche. En este momento hay una escena donde Francine llega hasta un puente, huyendo. Lo curioso es que uno de los planos está grabado con una especie de ojo de pez, que no termino de saber muy bien qué pinta en un plano donde una chica pasa corriendo y un coche la persigue. Tampoco importa mucho, teniendo en cuenta el ritmo de peli que llevamos.

Los macarras acorralan a Francine, que no duda en escupir a Jake a la cara. Otra afrenta. Comienzo a pensar que Jake es en realidad un personaje calderoniano, que vive mucho eso de que le toquen el honor. Total, que le da un ataque de ira y tira a Francine por el puente, con el vestido de novia detrás.

Pero héte aquí que Vince, de pronto, se arrepiente de todo. Y huye desconsolado al hospital, para pedirle perdón a la hermana de Brenda. Nuestra protagonista está empezando a cansarse de todo, y comienza a poner en práctica su venganza.

Sí , amigos, porque se suponía que todo esto trataba de una venganza, que no sale hasta el final de la peli, lo cual hace que te desesperes más de una y dos veces. Menos mal que la transformación de Linda Blair merece la pena, después de sacarla reflexionando en la bañera, en tetas, por supuesto.


Cosas que necesitas para llevar a cabo una venganza: pelo cardado, botines negros de tacón, un peto ceñido con cremallera, un cinturón, una navaja, un plano directo a tus tetas y este temazo:


Con todo este arsenal, Brenda escapa de casa y se dirige a ver a Vince. El pobre le cuenta todo el plan de los Scars. Ahora, Brenda está preparada.


Mientras Jake se va a atropellar a Vince con su coche para que no hable, sus dos compañeros mindundis se quedan en un almacén. El plan de Brenda es sencillo. Les vacila, se mete dentro del almacén, y ellos solos irán cayendo, mientras no paran de hablar. ¡Qué mierda de tensión es esa! ¡Cómo pretendes que no te encuentren, si lo que quieres es acorralarla! Como son esbirros, se lo perdonamos. Por eso, y porque Linda Blair saca el arma definitiva.

Y esta vez, no son las tetas.

¿No?

No. Es una ballesta.

Con eso, la navaja y un par de cepos, los malos caen en cuestión de segundos a sus manos. Ahora, le llega el turno al jefe de la pandilla.

Desde luego, la mente estúpida que planeó esta escena final se basa en una premisa universal del cine de acción, el malo final debe morir unas cuantas veces, hasta que llega la definitiva y más espectacular de todas. Creo que recordando Con Air (convictos en el aire) todo el mundo entiende de qué estoy hablando. Pues bien, nada más llegar al almacén, Jake recibe dos flechazos en las piernas, y se saca las flechas. Pero no muere desangrado, sería demasiado fácil, sino que persigue a Brenda hasta su coche. Ésta le prepara una trampa y lo deja colgado de una valla, diciéndole que le va rajar como a un cerdo. Pero -¡Oh, sorpresa!- Jake le arrea con una puerta metálica y se desase de la cuerda. Brenda se queda hecha polvo en el suelo. Jake, a pesar de tener las dos piernas desangrándose, gana terreno y casi mata a Brenda, que le clava su navaja en los genitales.

Pero Jake no grita, no aúlla, ni siquiera gime. Simplemente, pone cara de estreñido y se saca la navaja. La tensión puede cortarse con un cuchillo, que no sea la navaja, porque no parece que haga mucho efecto. Brenda parece tener ahora la sartén por el mango... a no ser que le dé un repentino ataque de histeria y que huya gritando como una loca, cosa que hace, aunque el espectador se tire de los pelos y decida que no entiende un puto carajo de esta historia. Asustada, Brenda se introduce en una droguería para esconderse. Jake la persigue ¿confiado? ¿Desafiante? ¿Lleno de ira y rabia por el dolor genital? Pues tampoco tanto, porque los gritos desesperados de "¿Dónde estás?" en medio de la droguería hacen que no sepamos realmente quién lleva la voz cantante en esta pelea.

Fuerte...

Intenso...

Por fin, Jake pilla a Brenda por detrás, y ésta le tira un bote de pintura verde encima. Forcejean. Brenda saca su mechero, que tiene la piedra un poco gastada par dar tensión, y Jake, cubierto de pintura inflamable, arde como una tea saltando por el escaparate, otra norma que todo guionista de peli de acción debe conocer. Da igual que no tenga sentido, pero el tío ardiendo tiene que romper un cristal. Sirenas, llega la policía. Corte porque sí.

La escena final de la película muestra un apacible cementerio en un claro día de primavera. Brenda, su hermana recuperada, y sus dos amigas, van a la tumba de Francine, a llevarle sus ramilletes de damas de honor. Todas van vestidas igual que siempre, por lo que no parece que haya pasado mucho tiempo; excepto Brenda, que de pronto parece la madre de su hermana. "Hicimos lo que había que hacer" dice Linda Blair, "No, Brenda. Tú lo hiciste", le contesta una amiga. Musicote, y fin.

Desde luego, la peli no tiene desperdicio. Hay escenas y gestos memorables, como cuando Brenda va a ver a Vince, ya vestida para matar, y llama a la puerta. El padre de Vince abre y dice que su hijo no recibe visitas entre semana. Brenda se excusa diciendo que tienen que entregar un trabajo al día siguiente, poniendo cara de buena. Con el top ceñido y todo, pero no importa, la excusa cuela igual.

Destaco los caretos intensos de Jake par dejar claro que es malo, violento y calderoniano. Un primer plano de tu cara haciendo "AAAARRRRGGGHHH" denota un control supremo de las artes interpretativas. Por último, las escenas de líos de instituto, el profesor gafotas y las pintadas que unos alumnos ponen a un póster, son sublimes, y el uso recurrente de las tetas casi de principio a fin, le dan vidilla a una historia épica, con un fondo de heavy metal, en un mundo donde está permitido llevar gafas de sol de noche.

¡Por cierto! el filme completo en español está en youtube. Os lo dejo. ¡Que disfrutéis!




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